La historia de la ciudad comienza desde hace muchos años atrás hasta convertirse en lo que es hoy día, una gran ciudad.
Hablar de la historia de Praga equivale a hacer mención de una ciudad que siempre, desde sus orígenes, ha estado en constante evolución. La ciudad siempre ha experimentado cambios sociales, políticos y económicos que ocasionaron un notable impacto en el caracter actual del pueblo checo.
Gran parte de la magia de Praga es porque siempre ha relucido a pesar de las situaciones tan cambiantes por las que ha pasado y que a continuación os detallamos.
La República Checa está compuesta por tres regiones: Bohemia, donde nos encontramos ahora, Moravia y Silesia.
Praga, capital de Bohemia, se ha desarrollado desde el siglo IX, convirtiéndose en una de las capitales más importantes de Europa en los siglos XVIII y XIX. Sin embargo en el siglo XX sufrió las dos guerras mundiales y, principalmente, la dictadura nazi. Tras la segunda guerra, quedó dentro de la esfera de influencia soviética. Tras la Revolución de Terciopelo y la caída del Muro de Berlín la ciudad se ha ido adaptando al ritmo europeo y a su economía.
El nombre de Bohemia deriva de los boios, un pueblo celta que habitaba esta zona alrededor del siglo V a.C. Los boios fueron expulsados por una tribu germánica hacia el siglo I d.C. Después llegan aquí los romanos y latinizan el nombre de Böhmen (tierra de boios) y pasa a llamarse Bohemia. Entre los siglo V y VIII llega a Bohemia el pueblo actual, los eslavos.
Dice la leyenda que en el siglo IX vivía la princesa Libuse, un antepasado mitológico como pueden ser Rómulo y Remo, que dicen, tenía poderes de videncia, y vislumbró una ciudad que llegaría hasta las estrellas. Aunque ella demostró ser una buena dirigente, la parte masculina de la tribu no estaba de acuerdo en que su gobernante fuese una mujer. Pidieron a Libuše que eligiese un príncipe para el pueblo, y ella escogió a Přemysl, un campesino que había visto en una de sus visiones. Encontraron a Přemysl y lo llevaron al palacio de la princesa. Así Přemysl pasó de labrador a gobernante; él y Libuše se casaron y este fue el comienzo de la Dinastía Přemyslida, la primera dinastía en la República Checa.
Hasta el año 1198 todos los miembros de esta dinastía eran duques de Bohemia, ya que estas tierras no tenían la categoría de reino. A partir de la Bula de Sicilia pasa a ser reino hereditario en 1212 y su primer monarca es Otakar I.
En 1306 muere asesinado el último rey Premyslida, Wenceslao III. Al no tener descendencia pasa el mandato a su hermana Elyska, la cual se casa en Alemania en 1310 con Juan I de Luxemburgo, el Ciego. A parte de ciego, era bajito y dicen que no muy agraciado, pero le dio a Elyska la cifra de 7 hijos. Y es aquí donde empieza la Dinastía de los Luxemburgo en Bohemia.
Juan I muere en la guerra de los cien años en 1346, en la batalla de Crécy. Se empeñó en luchar en la guerra. Sus caballeros, al ser ciego lo llevaron a un bosque y le dieron una espada para hacerle creer que estaba en la guerra. Empezó a dar espadazos a todo lo que se encontraba por delante, que en realidad eran árboles. Juan I se da cuenta de esto, busca rápidamente su caballo como pudo y se metió en el fragor de la batalla….. no se vuelve a saber nada de él.
Uno de sus hijos pasará a ser el nuevo rey, y si habéis leído algo sobre Praga sabréis enseguida quién es. Este rey da nombre a una de las universidades más importantes de Europa, al puente más famoso de Praga, también a una de las plazas más bonitas, Karlovo Namesti, junto con su padre mandó construir la preciosa Catedral de San Vito en el castillo y construye el castillo de Karlstejn donde más tarde se guardarían los símbolos de la realeza de bohemia. En 1348 funda Nove Mesto (ciudad nueva). Y en el año 1350 funda la famosa ciudad de las termas y balnearios, Karlovy Vary, Carlos IV de Luxemburgo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y rey de Bohemia. La capital del Sacro Imperio Romano pasa a Praga, esto le otorga una importancia a la ciudad que no había tenido antes con una burguesía poderosa la cual provoca grandes reformas en los edificios como la iglesia gótica de Nuestra Señora de Týn que tenemos aquí.
Carlos IV muere en el 1378. Y reparte sus tierras entre sus dos hijos, a Wenceslao IV le deja el Reino de Bohemia y a Segismundo I, su hijo más centrado, el Reino de Hungría y el Sacro Imperio Romano Germánico.
Concretamente Segismundo I es el dirigente que empieza a tener problemas con nuestro siguiente personaje, Jan Hus, lo tenemos en el conjunto escultórico en medio de la plaza. En el año 1400 fue nombrado sacerdote y predicador. Hus quería que la iglesia fuera pobre y criticaba la corrupción moral de la iglesia, le decía a todo el pueblo que debía desobedecer a la Iglesia porque era evidente que los sacerdotes vivían en el pecado.
En el año 1408 encabeza un movimiento llamado “husismo”. Los husitas, se multiplicaron en el momento en que la Iglesia Católica sufría la crisis del Cisma de Occidente, cuando había tres papas.
El emperador Segismundo le ofreció ir al Concilio de Constanza a explicar su postura, pero Hus se negó a retractarse y por ello fue condenado por herejía. El rey Segismundo de Hungría lo acusó de traición y le condenó a morir en la hoguera, el 6 de julio de 1415.
Antes de ser quemado, Hus dijo las siguientes palabras:
«Vas a asar un ganso, pero dentro de un siglo te encontrarás con un cisne que no podrás asar.»
Hus en checo significa ganso. 100 años más tarde, aparece un hombre que en cuyo escudo de armas portaba nada más y nada menos que un cisne, como consiguió el apoyo de la aristocracia alemana a ese cisne no pudieron asarlo…su nombre era Martín Lutero.
Después de su muerte en la hoguera, los más radicales, con Jan Zizka a la cabeza, se revolucionaron, Segismundo al ver estas revueltas ordenó ejecutar a todos aquellos que fuesen Husitas. En el año 1419 hubo una manifestación Husita que acabó con la muerte de los consejeros imperiales, tirándoles desde la ventana del Ayuntamiento de Praga, y así es como llega la Primera Defenestración de Praga.
Y con todos estos altercados empiezan las Guerras Husitas en el año 1419, acabando 15 años después, en 1434.
Otra de las fechas importantes en la historia de Praga es el año 1526, cuando Fernando I se casa con Ana de la dinastía de los Jagellones, y los Habsburgo pasan a ocupar por 400 años la corona checa pasando a formar parte del Imperio Austríaco. La capital se traslada a Viena.
Rodolfo II, uno de los reyes más “carismáticos” y excéntricos que han existido, que tendréis la oportunidad de conocer en el castillo de Praga, ya que pasó la mayor parte de su vida allí y convirtió a Praga de nuevo en la capital del Sacro Imperio Romano, concede la libertad religiosa con la ley de Carta de Majestad en 1609. Donde decía que nadie podía ser obligado a tener una religión.
A principios del siglo XVII, concretamente en el año 1618, la elección de Fernando II El Católico, como rey de Bohemia causó ira entre los nobles bohemios protestantes. Cuando Fernando II envió dos concejales católicos para preparar su llegada a Praga, éstos fueron secuestrados y arrojados por una ventana del castillo, lo que se conoce como la Segunda Defenestración de Praga algo bastante de moda como podéis ver. Estos hechos traen como consecuencia la Guerra de los 30 años, un conflicto religioso que acabaría en el 1648 con la Paz de Westfalia.
Durante los siglos XVIII y XIX, Praga goza de un crecimiento económico que es plasmado en muchas de sus construcciones, la ciudad crece rápidamente.
Llegamos al siglo XX y nos encontramos con la Primera Guerra Mundial en 1914, que tuvo como consecuencia en 1918 la creación de Checoslovaquia. Tomas Masaryk el primer presidente de la Primera República Checoslovaca, hizo de Praga la sede del gobierno.
Entre 1938 y 1945 el ejército de Hitler ocupó Praga. El pueblo judío, como en tantos otros países, fue perseguido y enviado a los campos de concentración. En 1945 los soviéticos liberaron la ciudad.
Tras la Segunda Guerra Mundial la República Checa pasó a formar parte del bloque comunista, bajo el mandato de la Unión Soviética. Tras 20 años en 1968 estalló la Primavera de Praga, un movimiento para reformar el socialismo soviético, que fue duramente reprimido con la invasión de los ejércitos rusos.
A finales de 1989, con la caída del muro de Berlín, Checoslovaquia adoptó el multipartidismo y empezó a abandonar progresivamente la economía socialista, lo que se conoce como Revolución de Terciopelo.
El 1 de enero de 1993 Checoslovaquia se dividió en dos por decisión parlamentaria y pacífica. Desde entonces, la República Checa, por un lado, y la República Eslovaca (o Eslovaquia), por otro, son dos países independientes.
La República Checa se adhirió a la OTAN en 1999 y a la Unión Europea en 2004.
Y hoy día… la Praga actual es una ciudad reconocida por su belleza, toque especial y carácter distintivo que hace que sea uno de los lugares más visitados.
La historia de Praga se podría resumir en dos guerras y dos dictaduras en «solo» 100 años.
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